Hasta hace pocos meses apenas nadie se interesaba por esta increíble mujer, esposa del Maestro Jesús, depositaria del Secreto crístico, santo Grial intemporal... De hecho, en las muchas charlas y conferencias que tenemos el placer y honor de ofrecer acerca de ella, muchas personas, interesadas, desconocen en gran parte su historiografía, su leyenda, su misterio... Incluso muchas se refieren a ella como una prostituta según los evangelios; porque así lo escucharon en su momento.
Y me resulta curioso que, casi de golpe, muchas personas trabajen al respecto de la energía que ella nos legó, digan conocer sus misterios, esoterismo, secretos.
Me parece estupendo que el culto y veneración a María Magdalena se extienda, como arquetipo de Principio femenino, porque ese es el camino adecuado: que todos lo conozcamos y disfrutemos. Pero debe hacerse desde un mínimo rigor, conociéndolo desde muchos prismas distintos y complementarios: histórico, antropológico, esotérico, literario, teológico, espiritual, femenino; así como preocuparse en saber y conocer el universo que ella representa como árbol de vida y sus muchas ramas y flores que nos ha dejado en herencia a toda la humanidad.
Nadie tiene el conocimiento ni la verdad, porque la Energía mágica de María Magdalena es universal y está dentro de cada uno de los corazones de todo ser humano. Pero su culto y veneración es digna de respeto, de aprendizaje desde la más absoluta humildad, debe ser afrontada holísticamente como el crisol de sabiduría que representa.
Tal y como expreso el Maestro: quien tenga oídos que escuche.
